EL ÚLTIMO LLANTO DE LOS DELFINES





Haley es una joven malagueña que sueña con ser escritora, pero se conforma con ser correctora de manuscritos, tiene 28 años y vive con su mejor amiga de la universidad, Adriana. Hija de padre americano y madre española ve su mundo girar cuando recibe una oferta de trabajo de parte de una de las editoriales más prestigiosas del mundo. En cuestión de días el rumbo de su vida se verá marcado por perseguir su sueño en Nueva York, dejar atrás una relación tóxica y descubrir más sobre Owen, el misterioso chico de la habitación al lado.

Nueva vida, nuevas ilusiones, nuevo amor… Todo marcha sobre ruedas en la Gran Manzana hasta que Corina Fox, la escritora del momento, aparece en su vida junto con un manuscrito que será el detonante que hará que Haley se replantee su trabajo, sus sueños y su propia forma de vivir. Tendrá que salir de su zona de confort para descubrir qué es lo que el destino tiene preparado para ella y si está dispuesta a sacrificarlo todo para cumplir su sueño.




El último llanto de los delfines me ha sorprendido, así ha sido y así tengo que decíroslo. Al principio pensaba que me encontraba una vez más antes una novela llena de clichés: chica bonita que se preocupa por la dieta, sentirse deseada por su pareja y que persigue su sueño en la Gran Manzana. Y así era Haley hasta que no tiene más remedio que afrontar los problemas que le traerá salir de su zona de confort, dejar atrás relaciones tóxicas con personas miserables y permitirse vivir. Durante el transcurso de la historia, la vemos pasar pese a sus 28 años, de adolescente a mujer.
Encontramos al comenzar la historia una imagen que por desgracia sigue muy presente en la sociedad actual, la mujer que se conforma. Haley es una chica brillante, comprometida, responsable e independiente, pero, sin embargo, se empequeñece ante un hombre que no le llega ni a la suela de los zapatos. Justifica cada paso en falso que da con el pretexto que todas conocemos: ‘es una mala racha’, ‘cambiará’, ‘en realidad me quiere’… Afortunadamente, ella se da cuenta y nosotros también. No puede seguir en una relación llena de reproches y menosprecios, sabe que se merece más y luchará por ello.
Al principio de la novela, me di cuenta de su preocupación por mantener la figura, por seguir una dieta, ir bien vestida y maquillada; parecía muy importante para la protagonista la aceptación externa. Sin embargo, vemos que, en su proceso de madurez, cuando lo que experimenta es un amor sano y sobretodo propio, deja de preocuparse tanto por su aspecto y sucumbe ante un plato de tortitas con sirope, un perrito caliente o un cupcake celestial sin remordimientos. Se siente deseada y se sabe deseada, comienza a verse con nuevos ojos y ya no le importa dejarse ver en pijama y sin maquillar, recién levantada o en ropa interior, se permite ser libre, se permite que la vean como realmente es. Es muy fácil identificarse con ella y sus pensamientos, ya que están expresados de manera que los haces tuyos.
"Canela, esencia de naranja y yogur, con nueces caramelizadas y cobertura de vainilla. Perfecta para los amantes de las historias dulces, capaces de robar un pedacito de tu corazón."
El hecho de que Haley deje de dar importancia a qué pensaran los demás de ella y en aprender a valorarse y tener una relación más sana consigo misma creo que es en parte gracias a Owen. Su carácter independiente la hace a ella querer crecer, no se conforma con ser su accesorio, quiere ser su igual, quiere que él la reconozca como igual y esto le lleva a desarrollar su autoestima y empezar a valorar su trabajo y exigir a los demás que lo hagan.
"– Cuatro…
Debía pensarlo bien.
– Tres…
La única oportunidad de vivir un sueño.
– Dos…
La única oportunidad de sentirme viva.
– Uno…"
Su evolución personal es una de las cosas que más me ha gustado de la novela junto a la relación que tiene con Adriana, no puedo evitar verme a mí misma compartiendo los años de universidad con mi mejor amiga en nuestro piso de estudiantes. Adriana y Owen son los dos pilares fundamentales de nuestra protagonista, sin ellos no habría conseguido ser la mujer que es al final de la novela.
"¿Cuál es tu verdadero sueño? – me susurró entonces junto al oído"
Creo que es justo decir que la novela merece muchos aplausos y que Estefanía Yepes puede estar muy contenta de su obra. Es una historia cautivadora, sencilla, amena de leer y nos muestra la búsqueda de la trascendencia de una mujer que lucha por cumplir su sueño y que, aunque algunas veces no podamos hacerlo solos y que la vida no siempre es justa con quien lo merece, siempre estarán nuestros amigos para darnos el empujón que necesitamos.



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